Falsos mitos sobre el Tarot

Me he animado a escribir este post, porque hace poco mantenía una conversación con respecto a este tema y me di cuenta de que no hay una visión acertada sobre al Tarot. La superstición y la no comprensión de este arte le hacen un flaco favor. Y digo arte, porque la interpretación de estos arquetipos y símbolos es compleja y hay que tener mucha psicología y respeto en su uso.

Toda la vida me ha gustado el Tarot. Siempre he intentado interpretar y comprender su significado, así como su simbolismo. Porque si algo son, son eso, símbolos y arquetipos que encierran muchos significados, lo cual las hace aún más misteriosas y más herméticas.

De hecho, hay un cierto recelo, miedo y desconfianza. Cuando aparece el tema del Tarot en las conversaciones siempre sale el caso de alguien conocido al que le leyeron las cartas y fue sorprendente. Pero al igual que hay experiencias satisfactorias, las hay de falsedad y de manipulación.

Mi caso fue más bien este último…

Hace casi dos años fui a que me hicieran una consulta. Normalmente era yo la que echaba las cartas a amigos y conocidos, como ya comentaba me gustaban desde siempre. Siempre había escuchado que echarse las cartas a uno mismo no servía de nada (falso). Por lo que opté a que alguien experto en la materia me las echara.

Pues allá que fui… Lo cierto es que la señora era una mujer normal y corriente, también un tanto tajante y brusca, pero en términos generales no me desagradó su aspecto.

Me puse muy nerviosa, hasta ahora era yo la que echaba las cartas a los demás, nunca antes me las habían echado a mi las cartas de aquella manera tan formal y tan distante. Me las tendió y las corté y a partir de ahí ella empezó a sacarlas de forma lineal y sin parar. Me habló de amor, del trabajo y de la familia. Me dio más detalles de mi vida, no recuerdo que me causaran mucho impacto, más bien eran deducciones e intuiciones que yo le iba confirmando.

Pero lo realmente lo que me impactó fue cuando empezó a describir mi futuro. No me identificaba con aquella persona a la que describía, pero sin embargo me lo tenía que creer porque aquella persona era una profesional (falso). Si las cartas lo decían era porque era verdad (falso). Me entró la angustia, no daba crédito y no lo aceptaba.

Lo pasé francamente mal a raíz de esa tirada. Dejé de echar las cartas, estuve un tiempo bloqueada hasta que poco a poco empecé a reconciliarme con ellas.

En realidad, las cartas no habían hecho absolutamente nada. Con el tiempo comprendí que la persona que las echa y la persona que recibe la tirada, es lo que verdaderamente importa, son la clave. La persona que hace la interpretación debe tener mucha psicología emocional al interpretar una tirada, y la persona que recibe el mensaje debe también tener una visión amplia y no determinista, para nada una tirada debe tomarse al pie de la letra.

Al igual que un cuchillo (una herramienta de cocina que tiene un genial uso para cortar alimentos, o por el contrario para hacer daño) la herramienta en sí no es la culpable, si no quien la maneja. El Tarot es lo mismo, una herramienta que puede ser bien usada o mal usada, depende de la persona.

Comprendí que hay grandes tiradores de cartas y tiradores mediocres. De hecho, la visión que se les da a las cartas determinista es totalmente falso. Las cartas tan solo son una herramienta, un espejo de nosotros mismos en ese momento, de las energías que nos rodean en ese instante y junto a esas corriente de energías describen la correlación y coherencia de las mismas (probabilidad y estadística). Tenemos en nuestra mano cambiar esas energías si no nos gustan, es cuestión de actitud, todo es cuestión de actitud.

Una buena lectura, y hablo de buena lectura por la persona que la haga no por el significado de las cartas, nos ayudará a sacar todo el potencial que reside en nuestro interior y a sortear los obstáculos que tenemos. Una buena lectura, nos fortalecerá, nos ayudará a conocernos y aunque tengamos problemas a nuestro alrededor nos aportará valor y fuerza para resolverlos, tenemos el poder en nuestra mano, en nuestra mente, en nuestro corazón.

FALSOS MITOS DEL TAROT

• Lo que dice el Tarot se cumple siempre. El Tarot no es determinista, solo la persona que realiza la interpretación. Las cartas tan solo reflejan las energías que nos rodean, una mala lectura nos puede decir muchas falsedades de nuestra vida.
• El Tarot da miedo. Las cartas no dan miedo, tan solo son una herramienta a disposición de quién las requiera, su mala gestión es responsabilidad de las propias personas que lo usan.
• El Tarot son cuentos chinos. No se trata de creer o no creer, si no de comprender el significado y hacer una buena interpretación de sus símbolos y arquetipos.
• El Tarot es cosa de charlatanes. Es un prejuicio muy extendido, hay personas con buenas y malas intenciones en todos los oficios.
• Solo las personas que tiene luz sabe echar las cartas. Cualquier persona puede aprender a utilizar el Tarot, pero cómo todo requiere un estudio previo antes de embarcarse en una lectura.
• Uno mismo no puede echarse las cartas. Desde mi experiencia, es una excelente herramienta para conocerse a uno mismo.

Seguramente hay más mitos, pero solo puedo hablar desde mis vivencias personales, aportando una visión totalmente particular. El Tarot baila al son de la persona que lo utiliza, los métodos de una persona no tienen porque servirle a otra, o por el contrario le puede servir de ayuda o de guía hasta alcanzar su propio método personal.

Resumiendo, no se trata de creer o no creer, se trata de comprender. Es una excelente herramienta que nos puede ayudar a conectar con nuestro interior, con nosotros mismos.

Mi experiencia con el Tarot  me sirvió para conocerme un poquito más. A mi modo de ver, somos pequeños universos andantes y conocernos es una tarea compleja, pero indispensable.

Mi Tarot favorito es este, ilustrado por Ricardo Cavolo, gran ilustrador español:

¿Os animáis a una lectura? Las cartas ya sabéis que no muerden 😉

Gracias por leer 🙂